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Se entiende por riesgo de mercado, la pérdida que puede presentar una cartera, un activo o un título en particular, originada por cambios y/o movimientos adversos en los factores de riesgo que afectan su precio o valor final, lo cual puede significar una disminución del patrimonio que puede afectar la viabilidad financiera de la compañía y la percepción que tiene el mercado sobre su estabilidad. Incluye el Riesgo de Concentración.

La gestión de este riesgo se trata en la Política de Inversiones de la Entidad.

La gestión de las inversiones persigue el equilibrio entre seguridad, liquidez, prudencia y rentabilidad, mediante una adecuada diversificación de activos, siempre dentro de unos límites de riesgo fijados, en función de las necesidades financieras a cubrir, y de la evolución de los mercados financieros.

Los principios generales relativos a las inversiones son los siguientes:

  • El objetivo principal es preservar el valor de los activos e incrementarlo en la medida que no se ponga en riesgo este objetivo principal. La inversión de los activos de la Entidad se realizará con arreglo al principio de prudencia.
  • Conseguir un crecimiento del valor de los activos estable y sostenido.
  • Limitar el riesgo a través de la diversificación.

La política de inversiones garantizará en todo momento disponer del volumen de bienes y derechos aptos para la adecuada cobertura de las provisiones técnicas. Así mismo, los activos de cobertura de las provisiones técnicas se invertirán también de forma que resulte coherente con la naturaleza y duración de las obligaciones de seguro. 

El mayor peso proporcional del Riesgo de Mercado se concentra en el Riesgo de concentración (por operaciones vinculadas entre sociedades del Grupo de la propia Mutualidad) y el Riesgo de Inmueble.

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